Desde el corazón devastado de la Franja de Gaza, brota un grito desolador por cada migaja que deja de llegar a la mesa. Mujeres como Islam Umm Amar, madre de tres hijos pequeños, describen una cotidianidad de pan y hummus en el desayuno y la cena, y noches enteras sin nada que ofrecerles a sus niños. “Llevo mucho tiempo viendo a mis hijos desmayarse ante mis ojos por lo débiles que están”, relata.
La ONU declara hambruna “totalmente provocada por el hombre”
Un informe de la ONU, con
respaldo técnico de la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad
Alimentaria (IPC), confirma la hambruna en Ciudad de Gaza, imponiendo una
sombra mortal sobre al menos medio millón de personas. Se trata de una
catástrofe humanitaria que ya compromete vidas y que —alerta el informe—
avanzará hacia el sur en septiembre si no se actúa con urgencia: “Se expandirá
a Deir al Balah y Jan Yunis”.
El Secretario General de la
ONU, António Guterres, calificó la situación como un “desastre provocado por el
hombre” y un “fracaso de la humanidad”.
Expertos de la IPC
advierten que los tres indicadores esenciales para declarar la hambruna
—escasez extrema de alimentos, desnutrición infantil elevada y aumento de
mortalidad— ya han sido ampliamente superados
Testimonios: hambre, desnutrición y colapso de la salud
En los hospitales de Gaza
se reflejan los efectos de esta crisis. Médicos de Médicos Sin Fronteras
reportan que los casos de desnutrición han crecido exponencialmente: mientras a
fines de mayo solo uno de cada siete pacientes presentaba desnutrición aguda, a
principios de agosto ya era uno de cada
La ONG palestina Al Mezan coincide: “El informe llega tarde. Hace meses que estamos en hambruna”, afirma Samir Zaqut, que señala la mala calidad de la escasa comida disponible, y una pobreza extrema que alcanza al 80 % de la població
En los barrios, la
desesperación es cotidiana. Dima al Batsh, otra madre gazatí, sabe que cada
plato de lentejas aguadas es una emergencia disfrazada: guarda latas de atún
como salvavidas y teme una evacuación masiva prevista por el ejército israelí
Acusaciones cruzadas y bloqueo persistente
Las autoridades israelíes
han rechazado la declaración, calificándola de desinformación y negando
políticas deliberadas de hambruna.
En contraste, varios
gobiernos, ONGs y funcionarios de la ONU responsabilizan a Israel por obstruir
sistemáticamente la llegada de ayuda, lo que agrava la crisis humanitaria
Datos anteriores del PMA y
otras agencias ya mostraban una situación dramática: más de un tercio de las
personas pasa días sin comer, y la malnutrición infantil global ha alcanzado
niveles críticos
Una tragedia anunciada, una población sin margen de espera
Desde comienzos de 2024, la
advertencia era clara: la población de Gaza enfrentaba niveles jamás vistos de
inseguridad alimentaria, con destrucción de cultivos, infraestructura y redes
de suministro. Pero la declaración formal llega cuando el sufrimiento ya es
realidad.
En este escenario, cada día
sin acciones concretas —ceasefire, libre acceso a alimentos y desbloqueo de
pasos humanitarios— condena a miles más al borde del colapso. “La hambruna es
predecible y evitable”, subraya la ONU; la pregunta que ahora retumba es cuánto
tiempo más soportará la gente este infierno silente.
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