El actor, director y productor estadounidense Robert Redford, uno de los nombres más influyentes y queridos de la historia del cine, falleció este martes a los 89 años en su residencia de Utah, Estados Unidos. La noticia fue confirmada por su representante Cindi Berger al New York Times, quien señaló que el artista murió mientras dormía en la mañana.
Con una carrera de más de seis décadas, Redford deja un
legado que trasciende la actuación: fue símbolo de una época dorada de
Hollywood, impulsor del cine independiente y figura comprometida con causas
sociales y ambientales.
De Santa Mónica a Broadway
Nacido en Santa Mónica, California, en 1936, Charles Robert
Redford Jr. se formó inicialmente como pintor en la Universidad de Colorado, a
la que ingresó gracias a una beca deportiva. Más tarde decidió orientar su vida
hacia la actuación y estudió en la Academia Estadounidense de Arte Dramático.
Su debut profesional llegó en Broadway en 1959, iniciando así una carrera que
lo llevaría a convertirse en ícono de la gran pantalla.
En los años sesenta consolidó su presencia en el cine con
títulos como Inside Daisy Clover, This Property is Condemned y The Chase. Su
química con Jane Fonda en Descalzos en el parque (1967) lo proyectó como galán
de la época. Fonda lo recordó recientemente en el Festival de Venecia con una
frase que retrata la complicidad entre ambos: “Fue divertido besarlo en mis 20
y volver a hacerlo en los 80”.
El salto al estrellato
El reconocimiento internacional llegó en 1969 con Butch
Cassidy and the Sundance Kid, dirigida por George Roy Hill y coprotagonizada
por Paul Newman. El papel de Sundance Kid no solo consolidó a Redford como
estrella mundial, sino que más tarde inspiraría el nombre del Sundance
Institute y del festival homónimo, que él fundaría en 1979 para apoyar el cine
independiente.
Entre 1974 y 1976 se convirtió en uno de los actores más
taquilleros de Estados Unidos, participando en tres de los filmes más vistos de
aquel período. En ese tiempo brilló en títulos que marcaron la cultura
cinematográfica, como The Candidate, All the President’s Men y Three Days of the
Condor, obras que combinaron entretenimiento con reflexión política.
Su colaboración con el director Sydney Pollack dio lugar a
siete películas memorables, entre ellas Jeremiah Johnson y Out of Africa, esta
última ganadora del Óscar a mejor película en 1986.
Director premiado y promotor del cine independiente
Redford no se limitó a actuar. En 1980 debutó como director
con Ordinary People, un drama familiar que obtuvo cuatro premios Óscar,
incluido el de mejor película, y que demostró su capacidad detrás de las
cámaras. Posteriormente dirigió cintas como Quiz Show, A River Runs Through It
y The Milagro Beanfield War.
Sin embargo, su mayor contribución a la industria fue la
creación del Sundance Institute y el Festival de Cine de Sundance, que se
convirtió en plataforma esencial para cineastas emergentes. Gracias a él,
directores como Quentin Tarantino, Steven Soderbergh o Darren Aronofsky
encontraron visibilidad. En 2014, la revista Time lo bautizó como “el padrino
del cine independiente”.
Una filmografía versátil
La carrera de Redford estuvo marcada por una gran
diversidad de géneros. Encarnó a un ladrón en The Hot Rock, a un legendario
beisbolista en The Natural, y protagonizó dramas como Brubaker, centrado en la
corrupción carcelaria. También exploró la comedia criminal en Legal Eagles y la
aventura en The Great Waldo Pepper, donde interpretó a un piloto acrobático de
posguerra.
En los años 90 asumió uno de sus papeles más recordados en
el cine comercial con Indecent Proposal, junto a Demi Moore y Woody Harrelson.
Ya en la última etapa de su carrera, sorprendió con interpretaciones intensas
en All is Lost (2013) y The Old Man & The Gun (2018), considerada su
despedida de la actuación. Incluso se permitió incursionar en el universo Marvel
como Alexander Pierce en Captain America: The Winter Soldier y Avengers:
Endgame.
Reconocimientos y activismo
A lo largo de su vida, Robert Redford recibió numerosos
galardones. En 2002 la Academia de Hollywood lo distinguió con un Óscar
honorífico, y en 2016 el gobierno de Estados Unidos le otorgó la Medalla
Presidencial de la Libertad, la más alta condecoración civil del país. También
fue distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y la Legión de
Honor francesa.
Más allá del cine, se destacó como activista ambiental y
defensor de los derechos civiles, causas que promovió a través de su influencia
pública y sus proyectos cinematográficos.
La muerte de Robert Redford marca el final de una era. Su trayectoria unió éxito comercial con compromiso artístico y social, y su legado quedará plasmado no solo en la memoria de los espectadores, sino en el camino que abrió para nuevas generaciones de cineastas.
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