Petro responde con firmeza a posible arancel de Trump y plantea trato recíproco hacia migrantes

*La tensión comercial entre Colombia y Estados Unidos se incrementa tras advertencias arancelarias, mientras el presidente Gustavo Petro lanza un mensaje contundente sobre el trato a los migrantes y la política exterior basada en la reciprocidad.

En medio de crecientes tensiones comerciales entre Colombia y Estados Unidos, el presidente Gustavo Petro generó un fuerte revuelo en redes sociales tras pronunciarse sobre un posible cambio en la estrategia diplomática del país. Lo hizo a través de su cuenta oficial en X (antes Twitter), a propósito de una eventual imposición de un arancel del 10% por parte de la administración de Donald Trump a productos colombianos.

El detonante fue un artículo publicado por El Tiempo, en el que se advierte que Colombia es una de las naciones que no ha logrado renegociar a tiempo un acuerdo con EE. UU. para evadir la imposición del nuevo arancel. De concretarse, esta medida impactaría hasta el 30% de las exportaciones nacionales, afectando directamente a sectores como la agroindustria, el café y la manufactura.

Según el informe, entre enero y mayo de 2025, Colombia exportó productos por un valor de USD 6.099 millones a Estados Unidos, equivalente al 29,8% del total de las exportaciones nacionales, que sumaron en ese período USD 20.433 millones. Esta alta dependencia comercial con el país norteamericano hace que cualquier alteración en las reglas de juego tenga repercusiones inmediatas sobre la economía colombiana.

Un mensaje con múltiples capas

En respuesta a la información, el presidente Petro escribió:

“Estoy es interesado en la coordinación de la lucha contra las organizaciones multinacionales, (cuánticas), del crimen alrededor de la cocaína, lo demás lo responderemos con reciprocidad. Si nuestros migrantes son tratados como criminales, igualmente, solo que los migrantes estadounidenses serán tratados como merecen: como seres humanos. La humanidad tiene el derecho ancestral de desplazarse por el planeta como quiera (sic).”

La publicación fue interpretada por muchos como una advertencia diplomática. Si bien el mandatario expresó su intención de continuar la cooperación en la lucha contra el crimen transnacional, dejó claro que Colombia no aceptará una relación de subordinación. Además, señaló que el trato a los migrantes colombianos será un punto central en la política exterior de su gobierno.

El concepto de “reciprocidad” apareció como eje del mensaje: si los colombianos son tratados como criminales en Estados Unidos, el Estado colombiano replicará con una postura equivalente, aunque –según dijo Petro– lo hará “tratando a los migrantes estadounidenses como seres humanos”.

Reacciones encontradas

Las declaraciones del presidente fueron recibidas con una avalancha de comentarios en redes sociales, tanto de respaldo como de crítica. Algunos usuarios vieron en sus palabras una defensa soberana de la dignidad nacional, mientras que otros calificaron el mensaje de confuso y desafortunado.

Críticas como “No sabe ni lo que dice. Inclusive, ni debe saber el orate este que es cuántico y sus aplicaciones” o “¿Cuántico? ¿Ancestral? ¿Desplazarse como quieran? No, hay naciones y estas tienen sus fronteras y regulaciones” fueron algunos de los comentarios más duros, en contraste con quienes celebraron el tono firme del mandatario frente a lo que consideran presiones externas indebidas.

El segmento inicial del mensaje, donde Petro menciona la lucha contra “organizaciones multinacionales, (cuánticas), del crimen alrededor de la cocaína”, fue uno de los más comentados. Aunque no ofreció mayores detalles, algunos analistas interpretan esta referencia como una crítica al papel que ciertas estructuras transnacionales juegan en el narcotráfico global, incluyendo empresas, redes financieras y organismos de inteligencia.

Impacto en la relación bilateral

La controversia se suma a una relación bilateral que ha venido debilitándose desde que Donald Trump regresó a la presidencia. La falta de avance en la renegociación comercial, sumada a diferencias en temas de política antidrogas, migración y cambio climático, ha hecho que las tensiones aumenten.

Tanto así que, según confirmó el Departamento de Estado, Estados Unidos convocó a consultas urgentes a su principal representante diplomático en Colombia, el encargado de negocios John McNamara, “por profundas preocupaciones sobre el rumbo de los vínculos bilaterales”.

Mientras el Ministerio de Comercio mantiene un tono moderado y asegura que hay espacio para una salida negociada, el pronunciamiento de Petro parece marcar una línea más firme en el terreno diplomático. La apuesta, al menos en el discurso, es clara: Colombia exige respeto por sus migrantes y por su soberanía, y está dispuesta a responder con la misma moneda si percibe hostilidad por parte del gobierno estadounidense.

Una pulseada con múltiples implicaciones

En el fondo, lo que se juega no es solo un asunto comercial, sino un pulso geopolítico que podría redefinir las relaciones entre ambos países. Para Colombia, mantener el acceso privilegiado al mercado estadounidense es crucial, pero no a cualquier costo.

Petro ha insistido en que su política exterior no será la de un país subordinado y que los principios de igualdad, dignidad y justicia migratoria guiarán su estrategia internacional. En esa línea, el mensaje del presidente parece más un posicionamiento ideológico y político que una simple reacción coyuntural ante la amenaza arancelaria.

Lo cierto es que el tiempo apremia. El plazo para alcanzar un nuevo acuerdo comercial es corto, y el riesgo de una afectación severa al aparato exportador colombiano está latente. Mientras tanto, el tono del gobierno se endurece, y el tablero diplomático se vuelve cada vez más complejo. La pregunta que queda abierta es si esta postura conducirá a una negociación más equilibrada o si, por el contrario, precipitará una crisis aún mayor entre Bogotá y Washington.


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