El planeta enfrenta una nueva y severa ola de calor que está dejando cifras récord de temperatura en varios continentes y provocando consecuencias sanitarias, ambientales y sociales de gran magnitud.
En el Reino Unido, el verano de 2025 fue el más caluroso
desde que existen registros en 1884. La temperatura media alcanzó 16,1 °C,
superando el récord anterior de 2018. Entre junio y agosto se vivieron cuatro
olas de calor y una de las primaveras más secas en décadas, lo que desencadenó
sequías y restricciones de agua en varias regiones.
En el sur de Europa, países como España, Portugal, Francia,
Italia y Alemania soportaron temperaturas superiores a los 40 °C. En Huelva
(España) se registraron 46 °C, mientras en Portugal se pronosticaron 43 °C en
varias localidades. Francia vivió el segundo junio más caluroso desde 1900 y
atendió a más de 300 pacientes por golpes de calor, con al menos dos muertes
confirmadas. La región del Mediterráneo oriental tampoco escapó: en Turquía,
los incendios en Izmir forzaron la evacuación de más de 50.000 personas.
En Asia del Sur, India y Pakistán experimentaron una de las
olas más largas y mortales de su historia reciente. En Rajasthan, India, los
termómetros llegaron a 48 °C, mientras que en Pakistán las temperaturas
superaron entre 4 y 7 °C los promedios normales. Solo en abril y mayo, India
reportó más de 450 muertes por el calor extremo y tormentas asociadas.
La situación ha encendido las alarmas de la Organización
Meteorológica Mundial (OMM), que advierte una probabilidad del 80 % de que se
rompa algún récord anual de temperatura entre 2025 y 2029. Además, estima un 70
% de posibilidad de que la temperatura promedio de los próximos cinco años
supere en 1,5 °C los niveles preindustriales, acercando peligrosamente al
planeta a un umbral crítico.
Los impactos de esta ola de calor ya son visibles:
incendios forestales, crisis de agua, afectaciones a la salud pública,
evacuaciones masivas y pérdidas económicas millonarias. Para expertos
climáticos, estos fenómenos, antes considerados excepcionales, se están
convirtiendo en una nueva normalidad, lo que exige medidas urgentes de
adaptación y reducción de emisiones.
En Colombia
Mientras tanto, en la costa norte de Colombia, las temperaturas
han llegado a cifras preocupantes que superan los 50 grados centígrados.
Por ejemplo, el Ideam confirmó un máximo histórico en
Cartagena, con 37,6 °C, superando el récord anterior por 0,6 °C.
No obstante, el fenómeno fue catalogado aún como aislado:
para considerarse una ola de calor, estas temperaturas extremas deberían
mantenerse varios días consecutivos, sin embargo, varios municipios reportaron
cifras alarmantes:
Tucurinca (Magdalena): sensación térmica hasta 55 °C.
Aracataca: 54 °C.
En Cesar, El Copey y Bosconia llegaron a 52 °C y 47 °C,
respectivamente.
En ciudades mayores: Montería alcanzó 46 °C; en
Barranquilla y Cartagena, registros de 45 °C y 43 °C; en Santa Marta, 41 °C; y
en Valledupar, 38 °C
Sensaciones térmicas extremas
En sectores como Mamonal (Cartagena), se estimó una
sensación térmica de 53 °C. En otros puntos del Caribe:
Bosconia: 50 °C.
Cereté: 49 °C.
Barranquilla (centro): 48 °C.
Plato: 46 °C.
Santa Marta: 42 °C.
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