Carlos Camargo elegido nuevo magistrado de la Corte Constitucional


El Senado de la República de Colombia eligió este miércoles 3 de septiembre a Carlos Camargo Assis como nuevo magistrado de la Corte Constitucional para el periodo 2025-2033, e
n una intensa sesión que se prolongó por más de seis horas. La decisión, que marca un hito en el panorama político y judicial del país, se dio tras semanas de debates, tensiones y pronunciamientos que reflejaron la relevancia de este proceso para el futuro institucional de Colombia.

Camargo, ex defensor del Pueblo, obtuvo 62 votos de los 103 posibles, imponiéndose a su principal contendora, María Patricia Balanta, quien recibió 41 apoyos. Con esta votación, el Senado definió la llegada de Camargo al alto tribunal en reemplazo de José Fernando Reyes Cuartas, quien culminó su periodo como magistrado.

La elección fue interpretada en distintos sectores como un revés para el gobierno del presidente Gustavo Petro, que había manifestado públicamente su respaldo a Balanta, una jurista cercana a su línea política. Sin embargo, a pesar del impulso presidencial, la mayoría legislativa se inclinó por Camargo, apoyado por varios partidos, entre ellos Cambio Radical, consolidando así una elección que muchos leen como un mensaje de autonomía frente al Ejecutivo.

Un discurso centrado en la Constitución y la imparcialidad

Tras confirmarse su elección, Camargo se dirigió al Senado con un discurso de casi siete minutos en el que dejó en claro la dimensión del reto que asume. “Hoy recibo con inmensa gratitud y con profunda humildad la dignidad de magistrado de la Corte Constitucional. Lo hago con la certeza de que esta no es una distinción personal, sino un llamado al servicio público en su máxima expresión: la defensa de la Constitución, la garantía de los derechos fundamentales y el fortalecimiento del Estado de derecho”, expresó.

El nuevo magistrado se comprometió a actuar con total imparcialidad y a salvaguardar la confianza ciudadana en las instituciones judiciales. “Hoy, más que nunca, sé lo que está en juego. Es la confianza de los ciudadanos en sus instituciones y la certeza de que la justicia se ejerce no en beneficio de unos pocos, sino en nombre de todo el pueblo colombiano”, señaló.

Camargo también enfatizó que su labor no estará sujeta a coyunturas políticas, sino guiada exclusivamente por los principios de la Constitución de 1991, a la que describió como “un pacto de convivencia, una promesa de igualdad y un límite al poder”.

Un relevo en medio de tensiones entre el Gobierno y la Corte

La llegada de Camargo se da en un contexto de alta tensión política, marcado por las fricciones entre el presidente Petro y la Corte Constitucional. El mandatario ha criticado al alto tribunal en diversas ocasiones, especialmente por decisiones relacionadas con reformas estructurales impulsadas desde su gobierno, como la reforma pensional, que ha enfrentado tropiezos en los estrados judiciales.

En ese sentido, la elección del nuevo magistrado representa, según analistas, una ratificación de la independencia del poder judicial frente a las presiones del Ejecutivo. La votación del Senado envía un mensaje de que la designación de magistrados seguirá siendo un proceso deliberativo, donde confluyen diferentes fuerzas políticas más allá de las directrices del Gobierno de turno.

Uno de los puntos más destacados en la intervención de Camargo fue su compromiso con la realidad social y económica del país. Según expresó, su labor en la Corte Constitucional no estará desconectada de las necesidades de los colombianos: “Una corte que ignora la vida diaria de los ciudadanos, sus angustias y esperanzas, se arriesga a perder legitimidad”.

El ex defensor del Pueblo insistió en que su enfoque será cercano a las regiones y a la diversidad del territorio nacional: “Quiero que los colombianos sepan que mi voz en este tribunal será la de un magistrado que entiende las diversidades culturales, sociales y económicas de nuestro país”.

Este planteamiento fue interpretado como una reafirmación de su trayectoria en la Defensoría del Pueblo, donde centró parte de su gestión en visibilizar las necesidades de comunidades apartadas y poblaciones históricamente vulnerables.

En su discurso, Camargo también tuvo palabras de respeto hacia sus contendores, en especial hacia María Patricia Balanta y Jaime Humberto Tobar. “Este proceso de emulación fue vivido con altura, respeto y sentido de país. A través de sus trayectorias, se reafirma que servir a Colombia es una causa que se defiende con dignidad, más allá de las diferencias”, expresó.

Sus declaraciones fueron interpretadas como un intento de tender puentes en un escenario que había estado marcado por la polarización política y las tensiones generadas por la presión del Gobierno.

Un camino marcado por la familia y sus raíces

En medio de su discurso, Camargo reservó un espacio para agradecer a su familia y a su tierra natal, Córdoba. “Hoy quiero agradecer de manera muy especial a mi familia, a mi esposa María Paulina, a mis hijos Isabela y Carlos Felipe, a mis padres Antonio y Betty, a mis hermanos. Ustedes son mi raíz y mi fuerza”, señaló con visible emotividad.

Este gesto reforzó la imagen de un magistrado que no solo llega al cargo con respaldo político, sino con un fuerte vínculo personal y regional, lo que, según él mismo, será un motor en su desempeño dentro de la Corte.

La Corte Constitucional es uno de los organismos más influyentes de Colombia. Su papel consiste en interpretar y garantizar el cumplimiento de la Carta Magna, y sus fallos tienen impacto directo en la vida de millones de ciudadanos.

En los próximos años, el tribunal deberá pronunciarse sobre asuntos cruciales para el futuro del país: las reformas sociales impulsadas por el Gobierno, la protección del medioambiente, la implementación de los acuerdos de paz, los derechos de las comunidades étnicas y los debates en torno a la libertad de expresión y la igualdad de género.

En ese escenario, la llegada de Camargo supone una responsabilidad enorme y un desafío en el que su compromiso con la imparcialidad y la defensa de los derechos fundamentales será puesto a prueba.

Una nueva etapa para la justicia colombiana

La elección de Carlos Camargo Assis como magistrado de la Corte Constitucional no solo representa un relevo en la composición del alto tribunal, sino también un capítulo más en la relación entre el poder político y la justicia en Colombia.

Mientras el Gobierno del presidente Petro asimila lo que muchos han catalogado como una derrota política, el Senado reivindica su papel como contrapeso institucional. Por su parte, Camargo inicia un periodo de ocho años en el que deberá demostrar si su promesa de imparcialidad y cercanía con las realidades del país logra traducirse en decisiones que fortalezcan la confianza ciudadana en la Corte.

Con un discurso marcado por la defensa de la Constitución, la sensibilidad social y el reconocimiento a sus rivales, el nuevo magistrado comienza un camino que será seguido con atención no solo por los actores políticos, sino por toda la sociedad colombiana.


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