La lluvia no fue obstáculo para que más de 40 mil personas recibieran con entusiasmo a Shakira en el Estadio Corregidora de Querétaro, durante los conciertos ofrecidos el 2 y 3 de septiembre como parte de su gira Las Mujeres Ya No Lloran.
El regreso de la artista colombiana a la ciudad, luego de 18 años de ausencia, se convirtió en un hito para miles de seguidores que agotaron las entradas con meses de anticipación. A pesar de las intensas precipitaciones que amenazaron con cancelar los espectáculos, la determinación de la cantante y la fidelidad de su público transformaron las noches en una celebración colectiva marcada por la música, la resiliencia y la conexión emocional.
Una tormenta que puso a prueba el show
Desde el primer día, las condiciones climáticas jugaron en contra. El 2 de septiembre, una fuerte tormenta golpeó el sur de la capital queretana, provocando filtraciones en el camerino de la artista y retrasando el inicio del concierto por casi dos horas.
La propia Shakira compartió en redes sociales imágenes de su camerino con goteras, reflejando las dificultades logísticas que enfrentó su equipo. La situación obligó a las autoridades de Protección Civil, encabezadas por Javier Amaya Torres, a advertir que, si el clima empeoraba, el espectáculo sería suspendido para proteger la seguridad de los asistentes.
Sin embargo, el público permaneció firme bajo la lluvia, coreando y aguardando pacientemente. Finalmente, el show comenzó cerca de las 11 de la noche, casi tres horas más tarde de lo previsto.
Lejos de desanimarse, Shakira respondió con gratitud y energía a la resistencia de sus fanáticos:
“Gracias por esperarme, por venir a pesar de la lluvia. Siempre está ahí mi manada, siempre están para mí y yo para ustedes”, expresó visiblemente conmovida.
La barranquillera prometió ofrecer “la mejor noche posible”, y cumplió con un espectáculo vibrante en el que la adversidad climática se convirtió en parte de la experiencia. La energía del público y el profesionalismo de la cantante terminaron por transformar la tormenta en un elemento más del concierto.
Durante las dos noches en Querétaro, Shakira interpretó un repertorio que abarcó más de dos décadas de carrera. Desde éxitos recientes como La fuerte, Te Felicito y TQG, hasta clásicos que marcaron generaciones como Pies Descalzos, Antología, Día de enero y Las de la intuición.
Momentos de alta euforia se vivieron con Girls Like Me, La Tortura y Hips Don’t Lie, canciones que desataron el baile y los coros masivos de los asistentes.
El cierre estuvo acompañado de una puesta en escena con una loba gigante y proyecciones visuales que dieron vida a BZRP Music Sessions #53. La frase “Las Mujeres Ya No Lloran, Las Mujeres Facturan” resonó como un manifiesto de empoderamiento en el estadio queretano.
Homenaje a México y mensaje de empoderamiento
Uno de los instantes más simbólicos fue la reflexión de Shakira sobre el significado de su gira y el escenario en que se presentó. Recordó que el Estadio Corregidora lleva el nombre de Josefa Ortiz de Domínguez, heroína de la independencia mexicana:
“Primera noche en Querétaro y qué simbólico que mi tour Las Mujeres Ya No Lloran estemos en este estadio dedicado a una gran mujer, alguien que representa esa valentía, ese espíritu libre e indomable de la mujer mexicana, La Corregidora”.
La artista aprovechó para compartir un mensaje de resiliencia femenina:
“De las caídas nadie se salva, lo que sí sé es que nosotras las mujeres, después de cada caída, nos levantamos un poquito más fuertes, un poquito más resilientes”.
Sus palabras fueron celebradas con aplausos, reforzando la conexión emocional entre la artista y el público mexicano.
La atmósfera que se vivió en Querétaro fue única. La combinación de música, lluvia y mensajes de fortaleza dejó una huella imborrable en los asistentes. Para muchos, la espera de casi dos décadas se tradujo en dos noches irrepetibles en las que el talento de Shakira y la resiliencia compartida fueron protagonistas.
A pesar de las adversidades climáticas, el público salió con la certeza de haber presenciado un espectáculo que trascendió lo musical. Fue una experiencia marcada por la entrega, el simbolismo y la capacidad de la artista de convertir las dificultades en parte de la celebración.
Con su regreso a Querétaro, Shakira no solo reafirmó su lugar como una de las artistas latinas más influyentes del mundo, sino que también dejó un legado de unión y fortaleza que sus seguidores difícilmente olvidarán.
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