Brasil sufre su primera derrota ante Japón y deja escapar una ventaja de dos goles en Tokio


La selección de Brasil, dirigida por Carlo Ancelotti, sufrió un duro revés en su gira por Asia al caer 3-2 ante Japón en el Estadio Nacional de Tokio. La derrota no solo significó el fin del invicto histórico de la “verdeamarela” frente al combinado nipón, sino que también encendió las alarmas en la recta final de preparación rumbo al Mundial de 2026.

Brasil ganaba cómodamente 2-0 al término del primer tiempo y parecía encaminado hacia otro triunfo convincente. Sin embargo, un grave error defensivo marcó el inicio de una remontada épica por parte del conjunto japonés, que aprovechó cada descuido para escribir una página inédita en la historia del fútbol asiático.

El encuentro comenzó con dominio brasileño. A los 22 minutos, un pase profundo de Bruno Guimarães, tras una triangulación precisa con Vinicius Jr. y Paquetá, habilitó al lateral Paulo Henrique, quien anotó su primer gol con la selección mayor. Poco después, Gabriel Martinelli amplió la ventaja con un zurdazo tras asistencia de Paquetá, confirmando el control absoluto del equipo sudamericano durante los primeros 45 minutos.

Ancelotti había decidido rotar buena parte del plantel respecto al partido anterior contra Corea del Sur, manteniendo solo a Casemiro, Guimarães y Vinicius Jr. en la titular. La fórmula parecía funcionar hasta que, apenas iniciado el segundo tiempo, un blooper del zaguero Fabricio Bruno cambió el rumbo del encuentro.

El defensor del Flamengo intentó salir jugando desde el fondo, pero un mal pase fue interceptado por Takumi Minamino, quien definió con clase para descontar al minuto 52. El tanto revivió al conjunto local, que empezó a presionar con intensidad sobre la salida brasileña. Diez minutos después, Keito Nakamura empató con un disparo que se desvió en el propio Fabricio Bruno antes de colarse en el arco defendido por Hugo Souza.

Japón, motivado por el apoyo de los 60.000 aficionados presentes, no bajó el ritmo. En el minuto 74, un tiro de esquina cobrado por Junya Ito encontró la cabeza de Ayase Ueda, quien superó la marca de Éder Militão y decretó el 3-2 definitivo, provocando la euforia total en el estadio.

Casemiro, quien lució la cinta de capitán en ausencia de Marquinhos, reconoció tras el encuentro que el equipo debe aprender de los errores. “En este alto nivel hay que mantener el mayor equilibrio. Cuarenta y cinco minutos malos nos pueden costar el sueño que tenemos en el Mundial de 2026”, afirmó el mediocampista del Manchester United, visiblemente molesto por el resultado.

Un golpe histórico

Hasta este martes, Brasil mantenía un registro impecable ante Japón: 13 enfrentamientos, 11 victorias y 2 empates. Esta fue la primera vez que la pentacampeona del mundo cayó frente al conjunto asiático, además de ser la primera ocasión en la que pierde un partido —oficial o amistoso— tras ir ganando por dos goles de diferencia.

Los medios deportivos brasileños no tardaron en reaccionar con duras críticas. Globo Esporte calificó el partido como “una derrota que desnuda las falencias defensivas de un equipo que parecía encaminado a una victoria tranquila”. Gazeta Esportiva resaltó que “en la segunda mitad, los japoneses fueron más eficientes y aprovecharon las debilidades de la zaga brasileña”. Por su parte, ESPN Brasil señaló que “incapaz de reaccionar y ante un Japón entusiasta, Brasil vio cómo el equipo local le daba la vuelta al marcador con autoridad”.

Analistas deportivos coincidieron en que el bajón físico y la falta de concentración fueron determinantes en el resultado. Ancelotti, quien asumió el mando de Brasil en medio de grandes expectativas, todavía no ha logrado consolidar una defensa sólida ni una estructura de juego constante, pese a contar con figuras de talla mundial como Vinicius, Rodrygo, Martinelli y Paquetá.

A menos de ocho meses del inicio del Mundial de 2026, el técnico italiano tendrá la tarea de recuperar la confianza de sus jugadores y afinar detalles antes de los amistosos de noviembre, donde Brasil enfrentará a Inglaterra y Marruecos. Mientras tanto, Japón celebra un triunfo histórico que confirma su ascenso sostenido en el panorama futbolístico internacional y su capacidad para competir de igual a igual contra las potencias del planeta.


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