Trump calificó el proceso judicial como una “vergüenza internacional” y una “cacería de brujas” contra su aliado político. Bolsonaro es acusado por la Fiscalía brasileña de liderar un complot para anular los resultados electorales de 2022, lo que incluye cargos por intento de golpe de Estado, organización criminal y atentado contra el Estado democrático.
La respuesta del gobierno brasileño fue inmediata. Lula da Silva rechazó cualquier forma de injerencia extranjera y advirtió que Brasil responderá con medidas recíprocas si se concretan los aranceles. “Somos una nación soberana con instituciones independientes. No aceptamos tutela de ningún tipo”, afirmó el mandatario en un comunicado oficial.
El anuncio de Trump también incluyó críticas al sistema judicial brasileño, al que acusó de censurar plataformas digitales estadounidenses. Según el presidente estadounidense, estas acciones constituyen ataques a la libertad de expresión y justifican la sanción comercial.
Analistas internacionales señalan que esta amenaza representa un giro inesperado en la política exterior de Trump, quien ha utilizado medidas arancelarias en el pasado para presionar a países como México y China. Sin embargo, Brasil mantiene un superávit comercial con Estados Unidos, lo que podría complicar la efectividad de la medida.
El juicio contra Bolsonaro continúa en el Supremo Tribunal Federal de Brasilia, y se espera que la sentencia sea dictada antes de fin de año. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención el desarrollo de este conflicto, que podría tener implicaciones económicas y diplomáticas de largo alcance.

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