Díaz, quien había sido objeto de críticas por no asistir al funeral realizado el pasado 5 de julio, llegó vestido de negro y acompañado por otros jugadores del Liverpool, entre ellos el arquero Alisson Becker. A la salida del templo, el extremo colombiano no pudo contener las lágrimas, generando una imagen que rápidamente se difundió en redes sociales y medios deportivos.
La ausencia inicial de Díaz en el sepelio generó controversia, especialmente por su participación en eventos públicos en Colombia durante el mismo fin de semana. Sin embargo, su presencia en la misa fue interpretada por muchos como un gesto de redención y respeto hacia la memoria de Jota, con quien compartía una estrecha relación desde su llegada al club inglés en 2022.
Durante la ceremonia también estuvieron presentes figuras como Virgil van Dijk, Alexis Mac Allister, Bernardo Silva y João Félix, quienes acompañaron a las familias en el homenaje. El acto concluyó con un traslado al cementerio contiguo, donde los féretros de Diogo y André descansan desde el día del accidente ocurrido en Zamora, España.
La imagen de Luis Díaz entre lágrimas ha generado una nueva ola de reacciones, esta vez centradas en la empatía y el dolor compartido por la pérdida de un compañero que, según el propio jugador, fue fundamental en su adaptación al fútbol europeo. La misa en Gondomar se convirtió en un espacio de reconciliación emocional y de homenaje colectivo a dos figuras que dejaron una huella profunda en el deporte.
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