Durante su intervención ante el estrado, Granados reconoció que llegó a esta etapa con reservas sobre la imparcialidad de la jueza Sandra Liliana Heredia, titular del Juzgado 44 de Conocimiento de Bogotá. Sin embargo, en un gesto que sorprendió a muchos, el abogado expresó: “Debo dejar constancia de su forma ordenada, concentrada y dinámica de presidir este juicio oral”, destacando la rigurosidad y equilibrio con que se ha llevado el proceso.
El juicio, que se reanudó este martes, gira en torno a los presuntos delitos de fraude procesal, soborno a testigos y soborno en actuación penal, por los cuales Uribe enfrenta cargos que podrían marcar un precedente histórico en Colombia, al tratarse de un expresidente en el banquillo.
Granados también aprovechó su intervención para cuestionar el papel de la Fiscalía, acusándola de haber alterado y falseado evidencia, incluyendo el testimonio del propio Uribe. Según el abogado, se atribuyeron al exmandatario afirmaciones que nunca pronunció, incluso después de haber renunciado a su derecho a guardar silencio y rendido testimonio bajo juramento.
La defensa insistió en que las acciones de Uribe fueron parte de un ejercicio legítimo para verificar versiones que alertaban sobre un presunto complot en su contra, y que el proceso ha estado marcado por sesgos políticos y distorsiones mediáticas.
Con este respaldo inesperado a la jueza Heredia, la defensa busca reforzar la legitimidad del juicio oral y centrar el debate en la valoración probatoria. Se espera que en las próximas semanas se conozca el fallo, en lo que podría convertirse en uno de los hitos judiciales más relevantes de la historia reciente del país.
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