El presidente Gustavo Petro anunció este viernes 8 de agosto que su Gobierno inició diálogos de paz fuera de Colombia con el grupo armado organizado conocido como el Clan del Golfo. El mandatario aseguró que las conversaciones se desarrollan bajo un marco jurídico sustentado en el proyecto de ley presentado por el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, ante el Congreso de la República.
El anuncio se produjo durante un acto público en Tierralta, en el que el Gobierno entregó 6.500 hectáreas de tierras a familias campesinas de 12 municipios cordobeses, en el marco de la Reforma Agraria. Los beneficiarios corresponden a comunidades rurales de La Apartada, Tierralta, Valencia, Pueblo Nuevo, Buenavista, Montería, Chimá, Cotorra, Purísima, Lorica, Sahagún y Planeta Rica.
Petro explicó que la apuesta por abrir un canal de diálogo con el Clan del Golfo busca poner fin a décadas de violencia en la región y avanzar hacia la paz total, uno de los ejes centrales de su administración. Según dijo, la iniciativa se ampara en la propuesta legislativa que regula los procesos de sometimiento y negociación con estructuras criminales de alto impacto, presentada por Montealegre y actualmente en trámite en el Legislativo.
“Estamos dando un paso que no se había intentado antes, para que estas organizaciones puedan dejar atrás la violencia y reincorporarse a la vida civil”, señaló el presidente durante su intervención.
El acto en Tierralta no estuvo exento de momentos tensos. En medio de su discurso, Petro llamó la atención públicamente a Alfredo Saade, uno de los asistentes al evento, por no estar atento a sus palabras. “Ponga atención”, le recriminó el mandatario, interrumpiendo brevemente su intervención.
Con este anuncio, el Gobierno reafirma su estrategia de entablar conversaciones simultáneas con diversos actores armados, incluyendo grupos guerrilleros y organizaciones criminales, con el propósito de alcanzar una paz integral. Sin embargo, el proceso con el Clan del Golfo representa un reto particular, dado su carácter de red criminal vinculada al narcotráfico y a otras economías ilegales.
El presidente concluyó su mensaje en Tierralta reiterando que la paz es una tarea colectiva y que el éxito del proceso dependerá tanto de la voluntad de los actores armados como del respaldo político y social que logre la iniciativa.
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