En medio del conflicto sostenido en la Franja de Gaza, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reconoció públicamente un "error" en el reciente ataque que afectó la iglesia católica de la Sagrada Familia, ubicada en el enclave palestino. “Israel lamenta profundamente que un disparo fortuito alcanzara la iglesia de la Sagrada Familia en Gaza”, afirmó el mandatario en una declaración emitida desde Jerusalén.
El incidente ha sido considerado especialmente sensible debido al carácter religioso e histórico del templo, que sirve como lugar de refugio y culto para comunidades locales. Según fuentes oficiales, el impacto fue resultado de una operación militar que tenía como objetivo instalaciones utilizadas por grupos armados en zonas cercanas.
Diversas organizaciones internacionales, incluidas entidades religiosas, solicitaron una revisión independiente de lo ocurrido. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó su preocupación y llamó a garantizar la protección de sitios religiosos durante acciones armadas.
Netanyahu aseguró que se están revisando los protocolos de operación para evitar que hechos similares se repitan. Agregó que Israel tiene como prioridad evitar daños colaterales en zonas no vinculadas al conflicto directo, en especial aquellas de carácter humanitario o espiritual.
La Santa Sede no emitió comentarios inmediatos, aunque se espera un pronunciamiento en las próximas horas. Mientras tanto, líderes religiosos en Gaza reportaron afectaciones menores en la infraestructura de la iglesia y reiteraron que continuarán brindando asistencia a las familias que allí se resguardan.
El hecho se suma a una serie de eventos que han puesto a prueba la diplomacia regional en un contexto de creciente tensión. Se anticipa que organismos internacionales incluyan este incidente en sus informes semanales sobre derechos humanos en zonas de conflicto.
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