Durante el panel “Caribe Vivo y Biodiverso”, el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, presentó un diagnóstico contundente: el Caribe representa el 21 por ciento de la población nacional, pero concentra el 36 por ciento de los pobres del país. A pesar de aportar el 13 por ciento del PIB, la desigualdad persiste. Verano propuso modelos de ecoturismo comunitario y pagos por servicios ambientales como mecanismos para convertir la biodiversidad en desarrollo económico real.
La gobernadora de Sucre, Lucy García, destacó el papel de las comunidades costeras en la protección de los ecosistemas marinos. En su intervención, defendió una economía azul construida desde abajo, con participación activa de mujeres pescadoras, guardianas de los manglares y promotoras de prácticas sostenibles. García planteó inversiones en infraestructura marina, turismo comunitario y bioeconomía como pilares de una transformación inclusiva.
El foro también sirvió como plataforma para que entidades como la Corporación Andina de Fomento (CAF) anunciaran la estructuración de un crédito por 50 millones de dólares destinado a financiar proyectos ambientales en Barranquilla. La ciudad fue reconocida por su liderazgo en recuperación de ecosistemas, movilidad eléctrica y transición ecológica.
Los participantes coincidieron en que el desarrollo del Caribe no puede seguir siendo postergado. La región exige una gobernanza ambiental sólida, acuerdos comunitarios para megaproyectos energéticos y una visión de futuro que reconozca el valor económico de su biodiversidad. El Foro OCDE continuará hasta el 11 de julio, consolidando a Barranquilla como laboratorio de ideas para el desarrollo territorial sostenible.
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