En Barranquilla, intoxicación por licor adulterado deja siete muertos y varias personas en estado crítico


La ciudad de Barranquilla amaneció este miércoles 24 de septiembre de 2025 sacudida por una emergencia sanitaria que ya deja siete personas fallecidas y al menos seis más hospitalizadas, tres de ellas en estado crítico en unidades de cuidados intensivos. El caso, que involucra el presunto consumo de licor adulterado, ha encendido las alarmas de las autoridades locales y nacionales.

Las primeras señales de alarma surgieron en la noche del martes 23 de septiembre, cuando miembros de la Policía Metropolitana trasladaron a varias personas en estado crítico hasta el Nuevo Hospital de Barranquilla. Según el reporte oficial, los afectados provenían de la zona conocida como El Boliche, en el centro de la ciudad.

Uno de los pacientes, identificado como Emérito Alberto Miranda Ospino, de 47 años, llegó sin signos vitales, según relató la patrulla del cuadrante al medio local Zona Cero. Pese a las maniobras de reanimación practicadas por el personal de urgencias, no fue posible salvarle la vida.

“Uno de ellos no respondió a las maniobras de reanimación y murió al ingresar”, confirmó el toxicólogo Agustín Guerrero, especialista a cargo de los primeros diagnósticos.

A pocos minutos de esa primera atención, otros dos hombres ingresaron aún con signos de vida, pero fallecieron poco después. El flujo de pacientes no se detuvo: en cuestión de horas, otros ciudadanos fueron trasladados en condiciones similares, varios de ellos inconscientes y con signos de intoxicación severa.

Testimonios desgarradores

El cuadro de los afectados impactó no solo al personal médico sino también a testigos que acompañaron los traslados. Un ciudadano relató al diario El Heraldo que muchos de los pacientes presentaban espuma en la boca y fuertes expresiones de dolor. “Venían doblados, desmenguados. Los trajeron en carretillas sus mismos compañeros”, aseguró.

La crudeza de la escena también alcanzó a los familiares, quienes permanecen en medio de la incertidumbre. Elías Manuel Rivera, hermano de uno de los sobrevivientes, describió la angustia de no poder ver a su pariente internado en la UCI: “Ay Dios mío. Es mi hermano, yo hablé con él anoche y le dije cuando iba para la casa: ‘mi hermano, deje de estar tomando’. Me dice: ‘No, tranquilo, yo sé que no debo’”.

La investigación médica apunta al metanol como el agente causante de la tragedia. Conocido popularmente como alcohol de madera, este compuesto es un químico altamente tóxico que suele encontrarse en licores adulterados de bajo costo.

“El metanol puede tener un inicio de síntomas inmediato o manifestarse horas después, lo que dificulta la detección temprana”, explicó el toxicólogo Guerrero. De acuerdo con el especialista, los primeros signos se confunden con una intoxicación etílica común: dolor de cabeza intenso, mareo y resaca severa. Sin embargo, con el paso de las horas, la sustancia puede provocar visión borrosa, ceguera temporal o permanente, sensibilidad extrema a la luz y acidosis metabólica, una condición que compromete la vida del paciente.

Este panorama coincide con los relatos de algunos sobrevivientes que lograron declarar que habían consumido bebidas alcohólicas de procedencia dudosa junto con algunos alimentos, lo que refuerza la hipótesis del envenenamiento por metanol.

Alerta en el sector salud

La Secretaría de Salud del Atlántico y la Alcaldía de Barranquilla activaron protocolos de emergencia para identificar la procedencia del licor consumido por las víctimas. Paralelamente, se incrementó la vigilancia sobre los expendios no autorizados y los controles en zonas populares donde circulan bebidas adulteradas.

“El consumo de alcohol en establecimientos sin registro sanitario representa un riesgo altísimo para la salud pública. Estamos en temporada de celebraciones, cuando más aumenta la circulación de este tipo de productos ilegales”, señalaron voceros de la Secretaría en un comunicado.

Actualmente, tres personas permanecen en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General de Barranquilla, dos en urgencias del mismo centro médico y una más en el hospital Simón Bolívar, en estado crítico. Las autoridades sanitarias no descartan que nuevas personas afectadas acudan en las próximas horas a los centros asistenciales.

Una tragedia que se repite

El consumo de bebidas adulteradas con metanol no es un fenómeno nuevo en Colombia. Cada año, especialmente en épocas de fiestas, se registran brotes de intoxicación que dejan decenas de víctimas. En 2022, por ejemplo, un episodio similar en Bogotá dejó 30 muertos y más de 50 hospitalizados, lo que derivó en operativos nacionales contra fábricas clandestinas.

En Barranquilla, esta tragedia revive el debate sobre la efectividad de los controles en la cadena de distribución de licores y la falta de pedagogía para prevenir el consumo en poblaciones vulnerables, como habitantes de calle, quienes suelen ser los más expuestos a bebidas de bajo costo y sin garantías sanitarias.

Mientras los familiares de las víctimas claman por justicia, las autoridades judiciales iniciaron indagaciones para establecer el origen del licor y dar con los responsables de su distribución.

“La ciudad no puede seguir expuesta a este tipo de tragedias. Necesitamos operativos efectivos contra quienes comercializan la muerte en botella”, reclamó un líder comunitario del centro de Barranquilla.

Con siete fallecidos confirmados, varios pacientes en estado crítico y una ciudadanía consternada, Barranquilla enfrenta una emergencia que evidencia, una vez más, los riesgos mortales del consumo de licor adulterado y la urgencia de reforzar las medidas de control sanitario en el país.


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