El presidente Gustavo Petro habló este martes por cuarta y última vez ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en un discurso que mantuvo los ejes de sus intervenciones previas: la lucha contra el narcotráfico, la defensa de la causa palestina y la urgencia de enfrentar el cambio climático. Su intervención, sin embargo, adquirió mayor carga política y controversia al proponer que la ONU cree una fuerza militar para intervenir en Gaza y al dirigir duras críticas contra Estados Unidos.
Llamado a la acción por Gaza
Desde días previos había expectativa, pues el mandatario colombiano había adelantado que haría un planteamiento inédito: solicitar la creación de una fuerza armada para detener lo que calificó como “genocidio” en la Franja de Gaza, donde, según sus palabras, la ofensiva de Israel ha dejado más de 65.000 civiles muertos.
Hacia el final de su discurso lanzó la propuesta. Señaló que dicha iniciativa debe superar los límites del Consejo de Seguridad —donde Estados Unidos tiene poder de veto— y también ir más allá de los Cascos Azules, que se enfocan en la protección de civiles.
“Una ONU diferente y humana debe detener el genocidio en Gaza”, afirmó Petro, quien no dudó en tildar de “genocidas” al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y a sus aliados. “La diplomacia ya acabó su papel en el caso de Gaza. No es cierto que podamos insistir en hablar cuando cada segundo cae un misil y destruye los cuerpos de bebés inocentes”.
El mandatario insistió en que la Asamblea General debe votar la creación de una fuerza armada “para defender la vida del pueblo palestino y dispuesta a hacer lo que toca”. Llamó a unir ejércitos y armas con un objetivo concreto: “liberar a Palestina”.
Petro apeló a países asiáticos y latinoamericanos para conformar ese bloque. “Hay que unirnos. No solo van a bombardear a Gaza y Latinoamérica”, advirtió. “Después de salvar Gaza pasaremos a descarbonizar el planeta”, añadió, enlazando el tema con el cambio climático.
Choque directo con Estados Unidos
Una parte sustancial del discurso estuvo dirigida a Washington. Desde el comienzo, el presidente recordó que hace dos años había pedido conferencias de paz, entre ellas sobre Palestina, y comparó la situación actual con lo que llamó los “bombardeos a lanchas” en el Caribe, que supuestamente transportaban civiles colombianos.
Pidió una investigación internacional sobre esos ataques y responsabilizó al presidente estadounidense Donald Trump. “Se creen la raza superior y no se dan cuenta que sus dirigentes los llevan a la extinción”, dijo Petro, endureciendo el tono.
El mandatario aprovechó para descalificar la decisión de Estados Unidos de declarar al Tren de Aragua como organización terrorista. Según él, se trata de un grupo delincuencial que se expandió por la región debido a la crisis venezolana, pero no puede ser catalogado como terrorista. “Las soluciones a las migraciones no son las cadenas, las cárceles o los misiles”, aseguró.
La descertificación en la lucha antidrogas
El segundo gran eje de su intervención fue la política antidrogas. Petro criticó la reciente descertificación que su gobierno recibió por parte de Washington, afirmando que se trata de una medida injusta y politizada.
“He cambiado la retrógrada guerra contra las drogas por una política antinarcóticos”, sostuvo. En esa línea, señaló que la descertificación obedece a la intención de sectores políticos —“mafiosos”, los llamó— de debilitar a su gobierno progresista.
“El narcotráfico ha masacrado a cientos de campesinos, y en vez de reconocer el esfuerzo de Colombia, nos calumnian”, señaló. Recordó que su administración reporta la sustitución de 25.000 hectáreas de cultivos ilícitos, aunque cifras del propio Ministerio de Defensa indican que la cifra real es de 12.000.
Petro insistió en que ha sido uno de los presidentes que más incautaciones ha realizado y cuestionó que, en contraste, al expresidente Iván Duque no se le aplicó la misma medida a pesar de que durante su mandato crecieron los cultivos de coca.
“Quieren que no continúe un gobierno progresista y por eso descertifican y hasta me calumnian”, recalcó. Según Petro, el trasfondo de la política antidrogas de Estados Unidos no es otro que “dominar a los pueblos del sur”.
En defensa de su política de “paz total”, el mandatario defendió la decisión de suspender extradiciones de integrantes de organizaciones ilegales que se encuentran en procesos de diálogo. Recordó que la administración Trump condicionó la recertificación al reinicio de todas las extradiciones, algo que, según Petro, contradice su visión de buscar salidas negociadas.
En este punto, la delegación estadounidense abandonó el recinto, un gesto que no pasó desapercibido y que marcó el pulso diplomático de la jornada.
Énfasis en el cambio climático
Tras las duras críticas políticas, el presidente colombiano dio un giro hacia el tema ambiental, retomando banderas que ya había defendido en sus tres intervenciones anteriores ante la ONU.
Petro reiteró que la humanidad enfrenta una amenaza de extinción derivada de la crisis climática. Comparó el consumo de combustibles fósiles con el de drogas como la cocaína y el fentanilo. “La cocaína mataba 3.000 personas al año y ahora el fentanilo mata 100 veces más. ¿Mejoró Estados Unidos en estos años de guerra contra las drogas?”, cuestionó.
Advirtió que “queda poco tiempo” para frenar la crisis y que la única salida es dejar de consumir petróleo e hidrocarburos. “Ahora suena subversivo hablar de descarbonización, pero es la única solución”, dijo.
El presidente también denunció que las potencias no han cumplido con la entrega de recursos prometidos para proteger el Amazonas. Calificó esos aportes como “pura limosna inocua” y señaló que Estados Unidos es uno de los países más peligrosos del planeta por sus emisiones de CO2.
Retomó además una de sus viejas propuestas: el canje de deuda por acción climática. Aseguró que si no se avanza en esa dirección, los países acreedores reclamarán intereses “en medio de cadáveres”. Y volvió a cargar contra el capitalismo, al que responsabilizó de la crisis climática: “El mercado no soluciona la crisis, porque esta misma la produce”.
Cierre simbólico y confrontativo
El mandatario cerró su intervención con un tono combativo y cargado de símbolos históricos. Mostró en su pecho la bandera de guerra de Simón Bolívar y lanzó una dicotomía: “Capital o vida, democracia o barbarie”.
Petro sostuvo que la ONU atraviesa una crisis, pues las decisiones de la Asamblea General no son vinculantes y los Estados nación han perdido poder real. “Stalin se equivocó en no haber llevado la revolución socialista a un ámbito internacional. Ha nacido un nuevo sujeto político y es la humanidad”, sentenció.
En referencia al conflicto en Gaza, comparó la ofensiva israelí con el “regreso de Hitler” y advirtió que “los misiles los tiran donde hay pobreza, y no donde hay lujo”.
La intervención de Gustavo Petro, que se extendió más de lo habitual, se convirtió en una de las más comentadas de la jornada. Con un estilo confrontativo y retador, el presidente colombiano cerró su ciclo de discursos en la ONU dejando un mensaje cargado de críticas al orden internacional, llamados a la movilización global y advertencias sobre el rumbo de la humanidad.
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