*La iniciativa busca regular el acceso seguro a derivados del cannabis con fines medicinales, bajo estricta supervisión sanitaria y con estándares de calidad definidos.
El Gobierno nacional se encuentra ultimando detalles de un nuevo decreto que permitirá la comercialización de medicamentos derivados del cannabis en droguerías de todo el país. La normativa, en fase de revisión y construida de manera conjunta entre los ministerios de Salud, Justicia y Agricultura, representa un paso clave hacia la consolidación de un sistema regulado para el uso terapéutico del cannabis en Colombia.
El borrador del decreto establece las condiciones bajo las cuales podrá realizarse esta distribución, limitada exclusivamente a productos con registro sanitario y autorización expresa para uso medicinal. Solo se permitirá la venta de medicamentos que cuenten con una forma farmacéutica dosificada, es decir, tabletas, cápsulas, soluciones orales, cremas, ungüentos o cualquier otro formato que permita controlar la cantidad exacta de principio activo por gramo o mililitro.
Además de los medicamentos industrializados, el decreto contempla otras formas de formulación como los productos fitoterapéuticos, homeopáticos, sintéticos y las denominadas preparaciones magistrales. Estas últimas son desarrolladas específicamente para pacientes, con base en prescripciones médicas, y solo podrán ser elaboradas por droguerías y servicios farmacéuticos autorizados, que cuenten con certificación de buenas prácticas de elaboración expedida por el INVIMA.
Estricto control institucional
Uno de los ejes centrales del decreto será el riguroso control institucional sobre todo el proceso de producción y distribución de los derivados del cannabis medicinal. El cultivo de las plantas, tanto psicoactivas como no psicoactivas, estará regulado por un conjunto de entidades entre las que se destacan el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el INVIMA, los ministerios de Agricultura y Comercio, y la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional.
Para el cannabis no psicoactivo, la normativa permitirá a los titulares de licencias realizar transferencias del producto como insumo medicinal a terceros, siempre que estos cuenten con las respectivas autorizaciones sanitarias. Esto busca facilitar la integración de toda la cadena productiva, desde el cultivo hasta el paciente final, en un entorno legal, seguro y trazable.
“El objetivo es garantizar que el cannabis medicinal llegue a quienes lo necesitan, con calidad certificada, respaldo técnico y control sanitario. Esta iniciativa permite que Colombia avance en terapias complementarias de manera responsable”, señaló una fuente cercana al Ministerio de Salud.
Comercialización de la flor de cannabis
Una de las principales novedades que contempla el decreto es la posibilidad de habilitar la flor de cannabis como producto terminado para fines médicos. Sin embargo, la reglamentación específica para su venta se expedirá nueve meses después de la entrada en vigencia del decreto. Esta fase requerirá un desarrollo normativo adicional por parte de las entidades competentes, que deberán definir los parámetros técnicos y de control para su uso terapéutico.
El proyecto normativo establece que todos los medicamentos de cannabis deberán ajustarse al régimen de productos de control especial. Esto implica requisitos adicionales para su manejo, almacenamiento, distribución y entrega, así como mecanismos de trazabilidad que permitan hacer seguimiento al uso y destino final de cada producto. La intención es evitar el desvío hacia usos no autorizados y asegurar la transparencia del proceso.
Impacto en el sistema de salud
El Gobierno espera que esta normativa impulse el acceso a tratamientos alternativos para pacientes con enfermedades crónicas, dolor severo, epilepsias refractarias y otras condiciones clínicas que han demostrado responder positivamente al cannabis medicinal. También se busca fortalecer la industria nacional de derivados del cannabis y fomentar la prescripción médica legal de estos productos.
El borrador del decreto se encuentra actualmente en etapa de revisión y será sometido a observaciones por parte de los actores involucrados antes de su publicación definitiva. La iniciativa forma parte de una política más amplia del Gobierno para aprovechar el potencial medicinal del cannabis, con un enfoque centrado en la seguridad, la legalidad y la salud pública.
Con esta medida, Colombia se suma a los países que han adoptado marcos regulatorios para integrar el cannabis medicinal dentro de su sistema sanitario, brindando nuevas posibilidades terapéuticas a los pacientes y fortaleciendo la soberanía en la producción de medicamentos alternativos.

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