En una operación conjunta entre el Gaula de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, fue capturado alias Kiko, identificado como Francisco Javier Bayona Támara, considerado el cerebro militar del Frente 33 de las disidencias de las Farc. La detención se produjo en una vivienda rural del municipio de San Diego, en el departamento del Cesar, tras una labor de inteligencia que incluyó vigilancia aérea y agentes infiltrados en la zona.
Alias Kiko había sido enviado por Iván Mordisco para liderar la ofensiva armada contra el Ejército de Liberación Nacional (Eln) en Norte de Santander, en una disputa por el control de rutas del narcotráfico y rentas criminales. Su accionar violento, que incluyó incineración de vehículos, instalación de retenes ilegales y ataques en las vías de Ábrego y Ocaña, lo convirtió en uno de los criminales más buscados del Catatumbo.
La captura se logró gracias a la infiltración de cuatro agentes encubiertos que, haciéndose pasar por ciudadanos del común, monitorearon los movimientos del disidente y su círculo familiar. El seguimiento aéreo fue realizado por un helicóptero de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, que permitió ubicar con precisión el lugar de residencia temporal del cabecilla.
El coronel Elver Alfonso Sanabria, director del Gaula, confirmó que alias Kiko será procesado por los delitos de terrorismo, concierto para delinquir agravado y porte ilegal de armas. Bajo su mando operaban cerca de 50 hombres en armas, lo que le otorgaba una capacidad operativa significativa dentro del Frente 33.
Las autoridades esperan que este golpe contribuya a reducir la confrontación armada en el Catatumbo, una región históricamente afectada por la presencia de grupos ilegales. La captura de alias Kiko refuerza la presencia institucional en zonas rurales y representa un avance en la estrategia de seguridad del Estado colombiano.
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