En una nueva ronda de negociaciones celebrada este miércoles 23 de julio en Turquía, Rusia y Ucrania acordaron realizar un intercambio de prisioneros que beneficiará a al menos 1.200 personas de cada lado. El anuncio fue realizado por el jefe negociador ruso, Vladimir Medinski, quien también propuso la entrega de los cuerpos de 3.000 soldados ucranianos fallecidos en combate.
El acuerdo se enmarca en un contexto de esfuerzos diplomáticos por aliviar la tensión del conflicto, que ya supera los tres años. Según Medinski, el intercambio incluirá prisioneros de guerra y civiles, especialmente aquellos que llevan más de tres años en cautiverio, están gravemente heridos o son menores de 25 años.
Por su parte, Ucrania planteó una propuesta audaz: una reunión entre los presidentes Volodímir Zelenski, Vladímir Putin, Donald Trump y Recep Tayyip Erdogan antes de que finalice agosto. El objetivo sería impulsar una salida negociada al conflicto, en coincidencia con el ultimátum de 50 días que Trump dio a Putin el pasado 14 de julio para cesar las hostilidades o enfrentar nuevas sanciones.
Rustem Umérov, jefe de la delegación ucraniana y actual secretario del Consejo para la Seguridad Nacional y Defensa, destacó que las negociaciones se desarrollan en tres frentes: recuperación de civiles, alto el fuego y encuentro de líderes. Aunque admitió que no hubo avances significativos en el cese de hostilidades, señaló que “hay cierto progreso en el aspecto humanitario, y esto continuará”.
Ucrania insistió en que cualquier alto el fuego debe ser genuino y abarcar el cese total de ataques contra infraestructuras civiles. La delegación rusa, por su parte, expresó disposición para establecer treguas breves de 24 a 48 horas que permitan la evacuación de heridos y la recuperación de cuerpos en zonas de combate.
El portavoz ucraniano Gueorgui Tiji subrayó la importancia de que Putin participe directamente en cualquier decisión de alto impacto, afirmando que “en Rusia hay una sola persona que toma las decisiones, y si se quiere llegar a una decisión importante, esta persona tiene que estar en la sala”.
Aunque no se fijó una fecha para la próxima ronda, ambas partes coincidieron en que el ambiente fue más realista que en encuentros anteriores. La comunidad internacional observa con expectativa si este nuevo impulso diplomático puede abrir una vía hacia la desescalada del conflicto.
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